24.8.17

cero nueve cero ocho

"noches de plazas, de capuchinos, de ardientes nadas...
el amor mirado desde una tacita de café, el precio de un ...silencio."




Me decías que escribiera, así que aquí va y realmente espero me leas.
Antes que nada, quiero decir que mis palabras son solo eso, palabras,
no reclamo, no enojo, mucho menos odio, no intento dar lástima,
y espero no me odies, ni me tengas miedo, ni me intentes entender,
solo es una parte de mi torbellino emocional en estos días pasados.

...

Nunca me había parecido tan amargo un café,
a mí, adoradora de los capuchinos, de los cafés culturales,
de tus ojos iridiscentes con largas pestañas mirándome a diario,
esperando, una mano ondeando en el aire, una sonrisa.

Hace mucho que mis labios no sorbían un café tan caliente,
y claro, que, con un corazón atascado en la garganta,
entre mi vómito verbal y tu sonrisa nerviosa
tardó como media hora en enfriarse.

Unas cuantas palabras expulsadas al viento,
una centésima de segundo para arruinarlo todo,
mi boca ardiendo y la falta de aire creciendo,
a veces creo me ves por dentro y pierdo el rumbo..

.. y me pierdo en la estela del tiempo, en el infinito,
sin tocarnos nos tocamos, conectamos y ardemos,
sé que mentiste, se notaba en tu mirada, en tus gestos,
sé porque lo hiciste, se notaba en mi mirada ya apagada.

Tras alejarse tus pasos, el café fue tan frío, tan amargo
como las gotas de lluvia que llenaron el jardín,
la mesas, mi vestido, y mis ojos, y mi mente..
y mi corazón atascado en la garganta.

Desde que tengo uso de razón, a mi café,
solo le pongo un sobre de azúcar,

aquel día ocupó dos.

...

 tenía que arriesgarme, igual iba a perder y lo sabía
pero era mejor sacarlo que seguir con este fuego adentro.
Fuí valiente una vez y terminé encerrándome en mi caparazón.
Fuí valiente una segunda vez y me obligué a quedarme expuesta,
y lo siento si de alguna manera yo te hice daño...
para cuando entraste a iluminarme
yo ya estaba rota.

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